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Netflix y la Neutralidad del internet, un problema que ya está aquí.

Aunque no está disponible de forma oficial. Netflix ya da mucho que hablar en España. Su plataforma de Video On Demand resulta perfecta para los asiduos cinéfilos y consumidores de series pero con un ritmo de vida que les complica el adaptarse a los tiempos de la televisión, o simplemente los que quieren ver algo que aún no ha llegado a la pantalla chica o grande.

     Este es un principio que describe el tratamiento ideal del tráfico en la red, siendo una red neutral aquella que está libre de restricciones, ya sea en el contenido, equipamiento, modos de comunicación y plataformas. Por consecuente, es la red en la que cualquiera puede ver o publicar el contenido que desee o comunicarse desde el equipo que quiera (hablando en grandes rasgos) sin que los niveles empresariales o gubernamentales se lo impidan. Claro está que hay contenidos que deben tener restricciones, como el material de pornografía infantil.

     El problema de la neutralidad al cual nos referimos, surge en el momento en que el proveedor de internet ve afectado su modelo de negocio por algún servicio que se encuentra en la web. Sucede que hoy en día, las empresas de telecomunicaciones manejan el acceso los tres principales medios de comunicación, la televisión de pago, la telefonía y el internet. Pero este último medio ha empezado a afectar el negocio de los otros dos.

     Supongamos una compañía como Movistar, la que entrega servicios de telefonía e internet móvil en España, además ofrece la televisión de pago. El valor aproximado del servicio de internet es de 21 euros mensuales y 45 el pack de telefonía, internet y televisión. Pero el problema está en que por medio de internet se pueden acceder a los mismos servicios de telefonía y televisión pagando sólo unos cuantos euros más e incluso gratis en algunos casos. Un ejemplo claro son los servicios de mensajería instantánea como Facebook Messenger, WhatsApp, Telegram, Viber y un sinfín de servicios que han llegado a desplazar a los mensajes de texto. Con las llamadas telefónicas se tiene a Skype, Viber y próximamente a WhatsApp. Y es en el caso de la televisión donde interfiere Nerflix.

 

     Aunque aún no ha llegado de forma oficial a España, cuando Netflix arribe probablemente tendrá una tarifa de unos seis euros (el estándar internacional que han mantenido como cobros es de siete dólares). Es decir que por poco más de 27 euros mensuales se pueden tener los mismos servicios que ofrece un operador por 45. Esto afecta de forma millonaria a cada operador que ofrece estos servicios, ya que la migración que se da desde la televisión de pago a Netflix y otros servicios similares va en aumento y con la llegada de aplicaciones para contar con el servicio de netflix ya sea en smartphones, tablets, consolas de videojuegos y smart tvs, más afectado se ve el negocio de los operadores.

      Es entonces que surge una medida que afecta la neutralidad del internet. Si los operadores suben las tarifas de sus planes pueden perder clientes, por lo que la opción más viable que les queda es atacar a estos servicios de video bajo demanda. Legalmente, las operadoras no pueden bloquear estos servicios y tampoco cobrarles por usar el equipo que ellos facilitan a sus clientes, entonces el arma que ocupan es la de ralentizar los procesos de carga de estos servicios.

     El proceso es más fácil de lo que se puede creer, solo basta con programar las líneas de acceso para que cuando una persona quiera ver una película por Netflix, su velocidad de internet se vea considerablemente disminuida. De esta forma se espera que el usuario quede inconforme con el servicio y prefiera la televisión de pago. Pero el argumento que dan los operadores es que el tráfico de datos que generan estos servicios, satura las redes y deben implementar mayor equipo para poder brindar un buen servicio.

     La alternativa que le queda a Netflix para evitar esto, es llegar a un acuerdo monetario con el operador y así poder mantener la calidad del servicio que ofrece.

 

     Esta situación ya se está viviendo en Estados Unidos a pesar del llamado de Netflix a no interferir en esta neutralidad, incluso Barbers-Lee, creador de la Word Wide Web, se ha pronunciado en favor de la libertad de la red.Ahora la cuestión está en que Netflix es solo el primer afectado, pero cada vez son más los servicios que interfieren con el modelo de negocio de las operadoras comunicacionales así que no es difícil imaginar que estas lleguen a crear un canon para así redituar las no ganancias y pérdidas que les generan estos servicios.

     Algunos fatalistas piensan en el fin del internet como la conocemos, pero lo más probable es que a largo plazo, el que una empresa le cobre a otra, se traduce en un aumento de la tarifa para el bolsillo del usuario.

    oleta pero útil en la medida de lo necesario.

Pero ¿Existe algo perjudicial en esta plataforma? Al parecer si, y dentro de poco empezará a ser un tema de políticas empresariales y que posiblemente afecte tanto a otras empresas como a los consumidores y sus bolsillos.

     Antes que todo, hay que definir el concepto que es parte del título de este artículo, ‘’Neutralidad de la red’’. 

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